Uno de los avances más impresionantes de hoy día es que podemos secuenciar nuestro DNA con facilidad y saber la información más íntima de nosotros mismos. Compañías como 23andMe y otras nos pueden dar una gama de información personalizada sobre nuestros genes a cambio de un poco de dinero y una muestra de nuestra saliva a través de un kit. Aunque querer saber más sobre nuestros cuerpos es natural, muchos/as hacen esto sin saber que la colección de genes de cada usuario puede ser vendida y compartida a terceros sin consentimiento. En este artículo explico algunas de las implicaciones de esta nueva tendencia de secuenciar DNA directamente a consumidores a través de estos kits.
Desde hace miles de años el ser humano lleva haciendo experimentos genéticos con todo tipo de organismos. Usando el proceso de selección artificial, el ser humano creó cientos de diferentes tipos de animales y plantas domésticas. Sin embargo, las nuevas tijeras moleculares de la herramienta CRISPR están mejorando nuestra capacidad de modificar el proceso evolutivo como nunca antes y los BioHackers lo están haciendo con poca supervisión, rindiendo cuentas a nadie.
Aunque suene extraño, la muerte no es un proceso biológicamente obligatorio, por esto muchos científicos están estudiando los mecanismos de defensa contra la vejez de estos animales, con la esperanza de desarrollar tratamientos para la “enfermedad” que eventualmente acaba con nosotros, la vejez.