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Crónicas de un Científico-Abogado

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¿Cuál de estos es el verdadero hecho científico?

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Recientemente hicimos una encuesta en Facebook, con la pregunta:

¿Cuál de estos dos es el verdadero hecho científico?

“A los tiburones no les da cáncer” o “Las Medusas son biológicamente inmortales”

No es casualidad que la votación estuvo tan reñida, pues son dos conceptos extraños en la biología.

Si votaste por “a los tiburones no les da cáncer,” pues estabas casi en lo correcto.

Obtuvo un 51% de los votos.

Obtuvo un 51% de los votos.

Desde hace unos 150 años se han documentado casos de tiburones con tumores, sin embargo, es una enfermedad muy rara en estos animales, más aún si se considera que algunos de estos pueden vivir más de 200 años.

Típicamente, mientras más viejo se hace un organismo, como los tiburones, o nosotros los humanos, mayor es la probabilidad de tener cáncer, pues se acumulan los daños en el ADN. Los tiburones, no obstante, tienen mecanismos de protección de ADN fuertes, usan proteínas como Bag1 y legumain para proteger su código genético.

Hay que recordar que algunas especies de tiburones llevan existiendo por más de 1 millón de años, lo que les a permitido desarrollar mecanismos de defensa para el cáncer mucho más efectivos que los nuestros. 

 

Quienes votaron por “las medusas son biológicamente inmortales” están en lo correcto, PERO, no son todas, Turritopsis dohrnii es una de estas.

Obtuvo un 49% de los votos.

Obtuvo un 49% de los votos.

Esta medusa tiene un ciclo de vida como muchas otras, de un huevo fertilizado pasan a un estado larval móvil llamado plánula. Luego la plánula se adhiere a una superficie y se desarrolla como pólipo, con una estructura tubular, una “boca” y un “pie.” Eventualmente crean un brote que se desprende del pólipo, que termina desarrollándose en la medusa que conocemos.

Tomado del “Australian Academy of Sciences. Link aquí.

Tomado del “Australian Academy of Sciences. Link aquí.

La mayoría de las medusas mueren luego de esta fase adulta, sin embargo,Turritopsis dohrnii, como Benjamin Button, puede revertirse a un estado más joven (a una masa amorfa y volver a la fase de pólipo) y luego continúan su desarrollo como si fuese la primera vez.

Imagínalo como una mariposa volviendo al estado de oruga y luego de vuelta a mariposa. Este proceso puede continuar indefinidamente y por eso se le conoce la “medusa inmortal,” y tiende a suceder cuando la medusa pasa hambruna o está seriamente herida. 

La muerte no es un proceso biológicamente inevitable

 

            Turritopsis dohrnii no es el único organismo capaz de denominarse “biológicamente inmortal,” las langostas pueden continuar reparando su ADN indefinidamente gracias a una proteína llamada telomerasa, la cual protege su código genético. Lamentablemente para este crustáceo, lo que les causa la muerte es su crecimiento sin límites. Eventualmente a las langostas se les hace muy difícil crear exoesqueletos tan grandes y mueren de agotamiento y enfermedad.

La hydra, la rata topo desnuda, almejas y otros tampoco muestran mayor probabilidad de morir con la edad. Aunque suene extraño, la muerte no es un proceso biológicamente obligatorio, por esto muchos científicos están estudiando los mecanismos de defensa que utilizan estos animales. La esperanza es poder desarrollar tratamientos para la “enfermedad” que eventualmente acaba con nosotros, la vejez. 

 Síguenos en nuestra página de Facebook para participar en la próxima encuesta.

¿Te gustó esta dinámica de aprendizaje científico?

¿Sabías que existían organismos biológicamente inmortales?