¿Por qué todavía no hay cura para el cáncer?
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Todos conocemos a alguien afectado por el cáncer. Esta enfermedad es tan común que 3-4 de cada 10 personas serán diagnosticadas con cáncer en algún momento de sus vidas. Una fracción mucho más pequeña tendrá un cáncer terminal y no sobrevivirá. Estos datos ayudan a entender la necesidad de continuar la búsqueda de una cura para el cáncer. En las redes sociales no es raro leer un artículo de orígenes nebulosos sobre una nueva cura para el cáncer, como el cannabis, jugo de limón, aceites naturales y otros, pero estos pueden ser desacreditados sin mucho esfuerzo. Sin embargo, también se reportan estudios de universidades prestigiosas dando señales que la cura está cerca. La triste realidad es que los medios inflan las implicaciones de estos estudios, creando expectativas falsas de posibles curas en un futuro cercano. Hoy día se conoce mucho sobre el cáncer gracias a agencias como el NIH que, en el 2017, invirtió unos 6 billones de dólares para estudiar esta enfermedad. Aun con todos los avances en nuestro entendimiento, una cura definitiva sigue siendo elusiva. En este artículo hablaré de algunas razones que han hecho difícil encontrar una cura para esta enfermedad.
Antes de seguir explicando porque no se a curado el cáncer de manera definitiva, voy a aclarar algunos puntos básicos.
¿Qué es el cáncer? Y ¿Cómo se desarrolla?
Desde neuronas hasta macrófagos, cada célula tiene un plan de instrucciones codificado en su ADN que permite mantener nuestro cuerpo saludable. Un programa importante y con mucha variabilidad es la división celular. Para darte un ejemplo, muchas células de tu cerebro adulto nunca se dividen, sin embargo células de tu piel están en constante división durante tu vida. Cuando una persona es diagnosticada con cáncer significa que algunas células de su cuerpo han perdido la capacidad de regular su división celular. Aunque no todos los cánceres son mortales, perder control de la división celular puede ser letal si interrumpe funciones básicas del cuerpo, como alimentación, filtración de sangre, respiración, etc.
El cáncer es una enfermedad genética. Es normal que nuestras células acumulen daños en el ADN, investigaciones han demostrado que alrededor de 10 a 100 mutaciones son producidas en cada división celular normal. Por esta razón nuestro cuerpo está equipado para reparar estas mutaciones pero no es perfecto, pues no todas son reparadas. Afortunadamente, la gran mayoría de las que no son reparadas se encuentran en secciones que no codifican para proteínas y no promueven el desarrollo del cáncer.
Con el pasar de los años se acumulan estas mutaciones y comienzan a afectar proteínas importantes, provocando que la célula se comporte de manera anormal. Estos comportamientos activan mecanismos de muerte, como apoptosis, que evitan la propagación de células con potencial cancerígeno. Desafortunadamente algunas mutaciones apagan estos programas de muerte celular, pero tu cuerpo tiene otro mecanismo de defensa, tu sistema inmune.
El sistema inmune detecta las células que no se comportan adecuadamente y reclutan macrófagos, células T y otras que pueden matar estas células defectuosas. Estudios sugieren que tu sistema inmune está eliminando células con potencial de volverse cancerosas continuamente. A medida envejecemos, vamos perdiendo la capacidad de mantener una respuesta inmune contra estas células precancerosas, es por esto que a medida pasan los años la probabilidad de padecer de cáncer aumenta dramáticamente. La tormenta perfecta para desarrollar una célula cancerosa se da cuando:
se acumulan mutaciones que permiten que la célula se divida descontroladamente,
la célula apaga los mecanismos de suicidio celular y
escapa nuestro sistema inmune.
¿Porqué es tan difícil encontrar un tratamiento efectivo para el cáncer?
Debido a nuestras limitaciones tecnológicas para detectar el cáncer, cuando una persona es diagnosticada ya existen millones de estas células malignas en el cuerpo del paciente, y son genéticamente inestables. En un tumor existe gran diversidad genética y las células de un tumor se pelean entre ellas por recursos como nutrientes y oxígeno. Esta pelea lleva a un proceso de selección natural, piensa en la teoría Darwiniana que postula que sobrevive el mejor adaptado del ecosistema. En el caso del cáncer, el ecosistema es el tumor y las adaptaciones son los cambios genéticos en la población celular del tumor. Como resultado, cada cáncer es único y dos personas con el mismo cáncer tendrán una composición genética diferente y no responderán igual al mismo tratamiento.
Limitaciones de los tratamientos
Los tratamientos modernos tienen muchas ventajas a los de hace algunas décadas atrás. Gracias a estos, algunos cánceres se han vuelto una enfermedad crónica en vez de una terminal. Los tratamientos ahora son más específicos, potentes y con menos efectos secundarios. Sin embargo, estas drogas tardan muchos años desde su descubrimiento en el laboratorio al momento que son llevadas al paciente. Esto se debe a que antes de ser introducidas al mercado se debe demostrar que el tratamiento nuevo será beneficioso para el paciente y también es mejor de lo que ya existe en el mercado. Este alto estándar es necesario pero resulta en millones de dólares invertidos y años en proyectos de investigación. Además, muchas de las drogas con alta efectividad contra el cáncer en pruebas pre-clínicas (como células crecidas en una incubadora o en animales modelos como ratones) no tienen el resultado esperado en humanos. Un estudio del Dr. Hay et al. sostiene que las drogas para el cáncer que entran a la primera fase de estudios clínicos solo tienen un 6.7% de probabilidad de ser aprobadas. Este problema se le atribuye a estudios pre-clínicos diseñados con poca rigurosidad y también a la falta de modelos que dupliquen la complejidad del cuerpo humano en un laboratorio.
La dificultad de encontrar una cura para el cáncer también proviene de la inestabilidad genética que mencioné anteriormente. Esta diversidad hace que muchos científicos y médicos consideren el cáncer como muchas enfermedades dinámicas en una. Un problema con la manera que se desarrollan drogas es que no atacan todos los mecanismos que mantienen el cáncer saludable. Esto se le atribuye en parte a que aun no se conocen todos estos mecanismo y también a limitaciones en nuestra tecnología, que no permite estudiar distintos circuitos moleculares completos a la vez. Muchos de estos tratamientos específicos eliminan la mayoría del cáncer y demuestran eficacia en los primeros “rounds” de tratamiento. Sin embargo, dejan de ser efectivos y el cáncer “vuelve”. La realidad no es que el cáncer vuelve, es que nunca fue eliminado completamente ya que NO todas las células responden igual al tratamiento. Las células que sobreviven son más resistentes y, al dividirse, las células hijas heredan la resistencia. Cuando se vuelven a detectar el cáncer, ya no responden a los tratamientos y, peor aun, han adquirido nuevas mutaciones durante la quimioterapia para sobrevivir y volverse más agresivo.
El problema de identidad y el microambiente tumoral
Una infección bacteriana es fácil de tratar con algún antibiótico. Los antibióticos atacan procesos que solo existen en las bacterias, por lo tanto, tienen muy pocos efectos en las células humanas. Desarrollar una droga para el cáncer es más complicado, imagina que tu cuerpo está siendo infectado por tu propio cuerpo. Hay que recordar que los tratamientos para el cáncer buscan eliminar células que se disfrazan como saludables para evitar el sistema inmune y sobrevivir (Bohuang et al., Wang et al., Paulson et al.). Es por esto que encontrar una droga que ataque las células de cáncer y no las saludables se vuelve problemático. Las células cancerosas, debido a su inestabilidad genética, alteran su identidad cambiando los receptores de su superficie durante tratamientos. Estos receptores muchas veces son el “target” de las drogas y dejan de ser efectivas cuando cambian. Para complicar más el asunto hay evidencia nueva que sugiere que estas células son capaces de “mezclarse” con células normales, creando híbridos que escapan el tratamiento fácilmente (Rizvi et al.)
El ambiente que rodea el tumor (conocido como microambiente tumoral) también tiene un impacto enorme. Este se compone de células normales, tejido conectivo, células del sistema inmune y una colección de químicos atrapados en la matriz extracelular. El cáncer tiene la capacidad de alterar este microambiente para su beneficio. Un ejemplo común es la activación de químicos que aumentan el desarrollo de venas y arterias para nutrir mejor el tumor y promover metástasis (Weidner et al., Hawinkels et al.). Suena como si el cáncer fuera una enfermedad inteligente, siempre buscando maneras de sobrevivir cada tratamiento y estrategia, pero en realidad es el proceso de evolución pero a un paso mucho más acelerado.
No hay conspiración por parte de farmacéuticas, la cura simplemente no existe.
A pesar de los factores demográficos y sociales que determinan el tipo de tratamiento que pueda costear un paciente, el cáncer no discrimina. Personas adineradas como Steve Jobs (que al morir tenía un valor neto de más de $10 billones), famosas como Alan Rickman o David Bowie y nuestra querida boricua Keylla Hernández, fueron víctimas de esta terrible enfermedad. Sin embargo, existen otros pacientes que viven una vida larga y próspera sin volver a recaer después de su tratamiento. Esto nos da a entender que la cura no la tienen los ricos ni los famosos y que todavía nos falta mucho por aprender de esta enfermedad. Hay grupos comentando sobre conspiraciones de farmacéuticas que poseen la cura pero no la ponen en el mercado con el propósito de seguir monetizando los tratamientos que le cuestan la vida al paciente. Es lamentable que los tratamientos sean tan costosos hoy día, pero es en parte resultado de los billones de dólares que estas compañías invierten en “Research & Development” (la rama que se ocupa en investigar tratamientos nuevos). Estas compañías dependen de sus patentes y las ventas de sus tratamientos para sobrevivir. Si no hay un retorno de inversión (ROI) razonable las farmacéuticas no son sostenibles y quiebran, como cualquier otro negocio. Sin embargo, grupos del publico general y profesionales en la industria de la salud se están movilizando para cambiar este paradigma, ya que los precios no pueden ser costeados por el público general. Algunos de los cambios que sugieren incluyen:
permitir que el gobierno subsidie mayor parte del costo de los tratamientos
poner límites en el porcentaje de ganancias de cada tratamiento
desarrollar guías que comparen costo/beneficio de cada tratamiento para el paciente
permitir que el FDA recomiende precios a cada tratamiento que estén de acuerdo con la magnitud de beneficio que prometen
crear movimientos “grassroots” cuyo enfoque sea el paciente y su bienestar
Estos cambios en el mercado serán necesarios, no solo para llegar a una cura pero, para que esta sea accesible a la población más vulnerable que la necesitará.
Otro punto que vale mencionar es que existen laboratorios estudiando todo tipo de cáncer a nivel mundial. Estos laboratorios colaboran entre ellos, ya que un solo grupo no tendrá la especialización ni el personal para estudiar todos los aspectos de un cáncer. Paradójicamente, estos laboratorios también compiten entre ellos para encontrar una cura y publicarla, pues quien más contribuya al campo a través de publicaciones recibirá más fondos para continuar investigando. Todo esto hace una que una conspiración mundial para ocultar la cura del cancer sea algo improbable, especialmente si se considera que los científicos que encuentren la cura serán glorificados con premios y reconocimientos, un incentivo grande para compartir sus hallazgos.
Perspectiva Positiva
Existen muchos más obstáculos que han dificultado el proceso de encontrar la cura para el cáncer, y la realidad es que una cura mágica está fuera de nuestro alcance al momento. Sin embargo, los tratamientos están en constante mejoría y muchas estadísticas son prometedoras, como que del 1991 al 2015 el índice de mortalidad por cancer se redujo un 26% en Estados Unidos. También nuestra capacidad de recopilar data de pacientes a aumentado con la llegada de técnicas que involucran “systems biology” y los “omics”. Con estas nuevas técnicas se puede tomar una fotografía de todo lo que esta sucediendo dentro de la célula en respuesta a algún tratamiento y permite entender mejor los mecanismos de defensa del cáncer. Tecnologías como estas permitirán que se desarrollen tratamientos que ataquen el cáncer de una manera más comprensiva. Otra nueva tecnología recientemente aprobada para algunos cánceres es el CAR-T. En resumidas cuentas, esta técnica involucra recopilar células de tu sistema inmune, modificar su ADN para entrenarlas a reconocer el cáncer y luego reintroducirlas a tu cuerpo para batallarlo. Al ser tu sistema inmune, es más natural, efectivo y tiene menos probabilidad de efectos secundarios. Una limitación de estos tratamientos novedosos es el costo, que en algunos casos sobrepasen los $300,000. Estos costos exhorbitantes hacen imposible que la gran mayoría de la población pueda pagar los tratamientos pero, a medida mejore nuestra tecnología bajará el costo y se hará más accesible para todos.
¿Qué puedes hacer?
No hay duda, esta enfermedad tiene un alto costo humano y es frustrante entender que falta mucho por aprender y descubrir. Sin embargo, hay cosas que puedes hacer para contribuir a este proceso. Puedes donar dinero directamente a las agencias destinadas a buscar la cura y mejorar la calidad de vida de los pacientes (puedes usar charity watchdog para encontrar las agencias benéficas más eficientes). También puedes votar por esos candidatos políticos que tengan en su plan de acción dirigir programas destinados a promover medidas preventivas, de diagnostico y buscar tratamientos nuevos. También puedes convertirte en uno de los cientos de miles de científicos que usan su intelecto para buscar mejores tratamientos día a día. Quizás seas tú quien haga el próximo gran descubrimiento en la lucha contra el cáncer.